Dicen que los sueños hay que hacerlos realidad. Y, aunque no ganó Master Chef, Nacho Feibelmann abrió su restaurante de pastas en Palermo, con esas mismas pastas con las que conquistaba al jurado.
Nacho y cuatro amigos le dieron vida a Carmen Pasta en mayo en una casona remodelada, con un patio interno que invita a largas sobremesas, una vereda que te hace sentir de viaje por un rato, y la gran protagonista del lugar: la ventana que te permite ver la elaboración de las pastas.
El nombre es un homenaje a su abuela, la misma con la que de chico solía amasar pastas caseras, y en la cocina hay una impronta italiana, mezclada con toques londinenses -como esas salsas de manteca y lemongrass que acompañan algunos de los platos, y destellos de la Rosario natal de Nacho, como los tortelli de pesca de río al Kamado (me parecieron una delicia).
Otro gran plato es el raviol de la entrada: una versión frita del clásico Nino Bergese, con muzzarella, ricotq, pesto y huevo. Instagramero, si, pero riquísimo también.
Y en tiempos en que por todos lados vemos milanesa con fideos, en Carmen las cintas al huevo se acompañan con una costilla hecha al Kamado, que se deshace y además le aporta un jugo delicioso a la pasta con cacio e pepe. Gran acierto.
Los postres son en su mayoría frutales, con algunas combinaciones jugadas (como la ananá asada con crumble especulado, levemente picante, no me encantó) y una tarteleta de queso de cabra y tomates deliciosa. Sí, es un postre y lo pediría mil veces más.
Carta corta (ideal para los indecisos como yo, que podríamos estar horas para pedir), platos abundantes y una atención impecable para un lugar que recién abre pero promete mucho.
PD: te reciben con copa de vino y dentro de poco se van a vender también para llevar las pastas del pastificio.
Carmen está en Gurruchaga 1426, Palermo. Abre de 12 a 16, de miércoles a domingos y por las noches, de lunes a sábados, de 20 a 0.30.
Las fotos de este artículo fueron tomadas con un Moto G54 de Motorola Argentina