La Provence de los provenzales

Cuando uno piensa en la Provence, las primeras imágenes que se nos vienen a la mente son los campos de lavanda, el mar, los yates y el lujo de la Costa Azul. Y todo eso existe, y es hermoso! Pero si tenés la suerte de encontrarte con un “local”, podes descubrir rincones divinos, a los que quizás no hubieras podido llegar.
Yo tuve esa suerte este año, y además de los atractivos más conocidos -que me encantan y ya voy a estar contando en próximos posts-, pude recorrer la zona de Aix en Provence, con sus campos, viñedos y paisajes, de una forma diferente. Acá les comparto tres lugares INCREIBLES y bien distintos.

El Colorado Provenzal


A 50 Km de Aix, en la zona de Rustrel, se encuentra este parque natural insólito de tierras rojas y blancas, formado por la erosión y por las canteras de ocre, que crean un paisaje con más de quince colores distintos.

Se extiende a lo largo de 30 hectáreas, y se lo puede recorrer por distintos senderos, algunos más largos y otros más cortos, que nos permiten descubrir esculturas naturales, acantilados, un desierto de arenas blancas, cascadas, grutas y cuevas.
Es un paseo imperdible, con vistas totalmente distintas a las que podríamos imaginar.

Cómo llegar:
Rustrel -el pueblo más cercano al Colorado- está a dos horas de Nimes (por la carretera D900), a 1.30 hs de Orange (poro la D900 y la A7), a 1.15 hs de Avignon (por la D900) y a sólo una hora dde Aix en Provence (por la A1, aunque es mucho más lindo salir de la autopista lo antes posible y descubrir los carreteras , rodeadas de campos de lavanda y pequeños pueblos… total, a la hora de disfrutar no hay apuro).

Información práctica:
Hay un parking que cuesta 4 euros, un restaurante cerca del párking, y se pueden hacer también visitas guiadas.

Calanque du Jonquier 


Esta pequeña cala es, sin dudas, uno de los lugares más hermosos que conocí (y más dificiles de llegar, también). Al costado de la estación de tren de Niolon, a unos 40 km de Aix, nace un camino de montaña, con unas vistas increíbles. La primera cala aparece a unos 25 minutos a pie, debajo de los arcos de las vías. Es una playa chiquita, con mucha privacidad y un mar turquesa que hace que uno se tiente a bajar. Pero NO! Vale la pena seguir caminando, aunque a veces el calor nos haga querer saltar directamente al agua.

El recorrido para llegar a la cala de Jonquier dura alrededor de una hora y hay que estar atentos a las marcas azules de las piedras, que nos indican el camino. Es fácil darse cuenta cuando llegas a destino, porque la última bajada nos lleva a una playa preiciosa, con algunas cuevas naturales, piedras desde donde zambullirse y mucha, pero mucha paz. Es ideal para pasar. El día, hacer un picnic y tomar sol lejos del ruido y la multitud típica de las playas de la Costa Azul.

Cómo llegar:
En tren hasta la estacion de Niolon, en auto desde Aix por las A8 y la A55 (alrededor de 40 minutos), o desde Marsella bordeando la costa, por la carretera D568.

Importante!
Es muy importante ir de zapatillas. El camino es de montaña y a veces cuesta no resbalarse, por eso es fundamental usar calzado cómodo. No hay negocios en la playa, así que hay que llevar provisiones (sobre todo agua).

Lac de Sainte-Croix du Verdon

El lago de Sainte-Croix es un lago artificial que se formó en la década del ´70 por la construcción de la presa de Sainte-Croix , que genera 142 millones de Kwh de electricidad por año. El agua fluye desde la garganta del Río Verdon, un río de un agua turquesa que parece casi glaciar.

Llegar al lago es un momento maravilloso: está ubicado en la encrucijada entre la carretera de los Alpes, la Costa Azul y la Provence, y, mientras uno recorre pueblos divinos y campos de lavanda, el turquesa va asomando de a poco, hasta llegar a un puente que os muestra el lago y sus colores en todo su esplendor.

Es un lugar excepcional para hacer actividades al aire libre: se puede recorrer el lago en canoa, kayak, embarcaciones a motor o, como hice yo, bote a pedales. El alquiler de los botes ronda los 20 euros las hora (para cuatro personas) y se puede pedalear por canales, pasar por debajo de cascadas y, los que se animen al agua fría, darse un buen chapuzon. También se pueden hacer caminatas y escalada en las montañas que lo rodean.

Además de las actividades náuticas, cuando llega el verano la vida en el pueblo se acelera con mercados y festivales.
En junio es sede de “Nautilac” y la regata de Vela y Náutica. En julio, son los sabores de la vieja panaderia los que se ponen en la mira, gracias al horno comunal puesto en funcionamiento para la fiesta del pan. El festival del pueblo es a principio de agosto y, además, todos los martes se instala el Mercado de Sainte Croix en el borde del lago, que nos permite descubrir los cultivos y las delicias de los productores locales.

Cómo llegar
Sainte Croix du Verdon está a 111 km de Aix por la A51 y D952, a 114 km de Marsella (por la A51 y D952 también), o 137 km de Niza (por la autopista A8)

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2 comentarios

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