La Patagonia siempre invita a descubrir. En este viaje se abre una puerta, nuevas emociones aguardan en cada curva del camino, en lo que nos sugiere el entorno, en cada una de las experiencias que nos atrevemos a vivir. Y así como descubrimos lugares, paisajes y destinos, también en esta aventura vamos descubriendo sabores. Porque la gastronomía atraviesa todos y cada uno de esos momentos, nos lleva a compartir, a reflexionar, a tomarnos un descanso, a celebrar la vida.
Durante octubre, seis fechas reunieron a cocineros patagónicos para mostrar sus productos. En mi caso, Tierra del Fuego, de la mano de de Jorge Monópoli, y La Pampa, con Ricardo y Claudio Belfiore.
La larga tradición gastronómica de Patagonia nos remite a sabores muy identificados con el sur argentino. Podemos mencionar entre ellos al cordero, la trucha, centolla, hongos, carnes salvajes como ciervo y jabalí, frutas finas, chocolates, cervezas artesanales, vinos, entre muchos otros.
Pero tan inagotable como la vastedad de sus horizontes es el fruto de su tierra, que revela nuevos sabores, nuevos desafíos al paladar, con ingredientes que también van de la mano con las nuevas tendencias en la gastronomía actual, más en armonía con la naturaleza, buscando un equilibrio interior y con el entorno.
Esta es una invitación a conocer algunos de esos ingredientes que hoy cobran protagonismo en los platos patagónicos y emprender un viaje a través de ellos, al reconocer la identidad patagónica en toda su gama de sabores. También a descubrir que además de la ya conocida ruta de las cervezas artesanales y tradicionales bodegas, hay sitios jóvenes que elaboran vinos y otras bebidas que bien vale probar. Y para ir despertando esas nuevas sensaciones antes de viajar, les vamos a regalar algunas recetas que no incluyen componentes cárnicos, y que incorporan algunas de estas variedades por descubrir.
Las fotos de este articulo fueron tomadas con un MotoG54 5G de Motorola Argentina